martes, 29 de abril de 2008

La visión político-práctica del conflicto entre “El Campo” y “El Gobierno”

Este es el momento.Aprovechemos el conflicto para sacar algo bueno de él. Es el momento para que la sociedad que hasta ahora se mostraba indiferente ante los conflictos sociales demuestre que los golpes la golpean, que los errores la hacen crecer, que los cachetazos la despiertan; que luego de tocar fondo hay que subir con impulso de fuerza hacia la superficie.Es el momento para exigirle al Estado que hasta ahora estuvo AUSENTE que levante la mano cuando la sociedad, HAMBRIENTA DE DERECHOS, lo necesita. Porque en definitiva tenemos un Estado porque nosotros así lo queremos.Salgamos a las calles exigiendo la redistribución equitativa de la controvertida retención. Si el campo se ofende con un impuesto (para ellos excesivo) que el Estado tenga el coraje de justificar su naturaleza haciendo caso a las necesidades de su sociedad. Que ese dinero se invierta en salud y educación pública. (Esa educación de la que tanto habló Cristina en sus discursos “clientelísticos”). Que brinde alimentación gratuita en las villas mediante la asistencia social. Que subsidie a los pequeñas empresas proveedoras de alimentos de primera necesidad para que la canasta familiar no nos suba al techo de la pobreza. Que fomente la actividad de los comedores de todo el país. Que informe sobre ellos! Es el momento para que nosotros salgamos a las calles a exigir nuestros derechos que el Estado viola día tras día.Llenan sus bocas con frases como “defendamos los derechos humanos”. Derechos que son inalienables en un Estado de derecho (no en el de sitio) como por ejemplo el derecho a la vida, el derecho a una educación gratuita, a la salud gratuita, a la alimentación, a la identidad… nuestro estado argentino hace caso omiso a todos ellos matando de hambre a un amplio sector de la población que sirve de ejército industrial de reserva para sus gordos amigos a los cuales no se atreven ni a levantarle la voz. ¿Podemos afirmar que el Estado se hace cargo de nuestra alimentación, de nuestra salud y de nuestra educación? Lamentablemente no.Todo este sistema funciona solo si somos sensatos y hablamos de empresas multinacionales que gobiernan nuestro país por medio de los “personajes” que votamos periódicamente.Que el análisis crítico del conflicto nos lleve a la raíz del problema que se sitúa justo donde la distribución de las tierras se llenó de injusticias; que hoy en día siguen siendo manchas de muerte en nuestra historia. Pueblos originarios desplazados de sus tierras por personajes siniestros que con excusa de “razón” promovieron el genocidio hace ya más de 500 años. Genocidio que deviene hoy en sentimientos fascistas y discriminación. El movimiento Sin Tierra en toda Latinoamérica exige una redistribución de las tierras (la famosa Reforma Agraria) no para aprovechar si el dólar está alto y es conveniente destruir las tierras locales fomentando la exportación, sino para garantizarse el mínimo de subsistencia que todo ser humano necesita para no morir. (Contemplamos el crecimiento económico de Brasil. Lula fue uno de los pocos presidentes latinoamericanos que posibilitó una efectiva Reforma Agraria).Entonces es aquí donde el lado más oscuro de nuestra historia se inunda de luz. Es aquí donde cada uno se saca las caretas y en lugar de luchar de manera positiva o negativa por una retención debería luchar por la repartición equitativa del territorio argentino y no tener que vivir en un departamento de 2x2 en la capital federal (con todas las consecuencias trastornantes que la vida en dicha ciudad suministra en dosis venenosas).Para no dejar que el mundo se derrumbe ante nuestros ojos indiferentes HAY QUE exigir nuestros derechos; con solo pedirlos ya no basta.-Nos descorazonamos en defensa de la propiedad privada y de la seguridad de la misma. ¿Qué acaso el problema no estará en la propiedad privada misma?Si sólo NECESITAMOS comer y taparnos del frío para poder vivir. ¿Por qué ambicionar la felicidad efímera de los bienes materiales?No hay motor más fuerte que el amor. Que el amor por el otro. Eso sí nos hace felices. De por vida.-

______________________________________S.L.-

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