martes, 14 de julio de 2009

lima-limón


Lima me deja una sensación terrible…

Recién yegado la recibimiento fue dramático como ya saben. tras haber sacado mi machete de bolsillo pude atravezar la triste jungla de cemento limeña para conseguir el bus que me yeve a casa de mi amigo Jesús, allí donde me hospedarían con caricias variadas.

la primer sensación: capitalismo salvaje y liberalismo atroz denotan la ausencia de una política publica respecto al transporte de urbe. dentro de cada bus hay un cobrador que pasa la mayor parte de su jornada laboral provocando la afonía de sus cuerdas vocales. retirando el 60 por ciento de su cuerpo hacia el exterior del rodado lanza un alarido a los 7 vientos vendiendo el recorrido del coche a quienquiera que circule en radio menor a 25 metros. asi es, el hermoso juego de la oferta-demanda de hace presente en el más minimo detalle de la vida de los hombres y mujeres limeñ@s.

el regateo: si vienes a perú no olvides la riquísima estrategia del regateo. sin ir más lejos vengo de suministrarme el pasaje a la ciudad selvática de pucallpa y me querían hurtar 50 soles. “tengo solo 40 balbucée”. “venga amigo!, no tienes 45?”. “si tuviese te diría, pero sucede que me hayo con unos humildes 40”. Y así el comercio se degusta con las cinturas hábiles de los demandantes y la rigidez facial de los que ofertan.

la estética limeña: en su generalidad es una ciudad con mejor impresión que la capital boliviana (en términos de la belleza occidental a la que acostumbramos en argentina, o de modo más específico en la ardiente malos aires). la presencia de colores brilla grisácea por su ausencia... parece que los colores favoritos de los limeños son el negro, el gris, manteca, piel, blanco sucio… las únicas expresiones del amor por la coloridad son las viviendas situadas sobre las sierras que rodean la capital. paradójicamente (o no) son las más pobres, las de los humildes (diría una joven argentina hacia la década del 50 en nuestro país), la de los descamisados (hablaría nuestro más carismático líder del exilio y la hipocresía), la de los desfavorecidos, la de la clase con potencial revolucionario (así las mencionaría un viejo gordo de ideas loquísimas en el siglo 19 europeo).

gastronomia: aquí en casa de Jesús he disfrutado de la mas variada comida local. Aunque mis amigas hemorroides no han sufrido hasta el momento las consecuencias del picante, se nota claramente el cambio en la densidad, contextura, fisionomía, coloridad, aroma, de la desechable materia fecal. (necesitaba derrochar un poco de palabras impactantes)

lo que se me ocurre al ver la mínima realidad que pude visualizar en parú, y en bolivia tambien, es que todo desciende, todo un poco más abajo, todo se viene a menos; lo digo pensando en el nivel de vida de las personas, y lo recito comparándolo con el “primer mundillo” sudamericano –véase brasil, argentina y chile-, si es que es válido tal rankin. lo que allá es la vida de una persona de clase media, aquí lo es de la alta… y asi.

ayer casi lo engancho al compatriota alan (garcia), presidente de los peruanos ricos, de la decadente burguesía peruana, de la nefasta oligarquia nacional, de la recalcitrante clase terrateniente de este país andino. Estaba asistiendo a la inauguración de un centro comercial (el Wong, de capitales peruanos) y de no ser por el polismen que me discriminó la entrada al espectáculo la facial de alan terminaba con un pequeño huevo de avestruz (menciono mi apoyo al medioriental que arrojó su zapato al honorable ex presidente bush, que hoy sencuentra “alegre” por tal agresión, en los rincones de una cárcel –iraquí era?- disciplinante.

Hoy concluyen mis 3 dias en lima. Hoy salgo para la selva. Hoy comienza una realidad jamás imaginada por mis neuronas.

El viaje en lancha que me arrojará en la ciudad de Iquitos (distrito de amazonas) dota de 5 días de duración en una barca que atraviesa la selva en sentido opuesto a la corriente de uno de los brazos del río latinoamericano con mayor grado de espectacularidad.

les hablo desde Iquitos.

los quiero, no los extraño.

Sira.-

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