jueves, 13 de enero de 2011


Personajes de historieta


“Pero lo que te digo es que las espanto… Buscando sutileza tropiezo con la primer piedra; brusco, concentrado, pero torpe. No se puede conocer alguien, y en la primer media hora ofrecerle un mundo de amor, floreado, con olor a compromisos inmediatos. Hay que ser más sutil, si se busca que piquel anzuelo. No por estrategia, más sí por prudencia cardíaca.”
Fueron las palabras de mi amigo, Kike, a las que respondí con absoluta firmeza: “Hace como te salga papá! Alguna mina vagarrar viaje… No a todas les cabe la misma forma”.
Y así comenzó nuestro viaje rumbo al Tigre en el 60. Íbamos a casa de su tía Graciela, la que hace esos buñuelos de acelga que cada vez menos saben sentirse en las hoyas porteñas. Él le tenía que llevar una bombacha que le había regalado su novio -el ahora barcelonés, radicado en el viejo continente por las contingencias de una cultura argentina que le gusta dar coletazos a la clase trabajadora con constante frecuencia- y que había olvidado en su casa la noche de navidad, en la que toda la familia se quedó a dormir en la quinta de Moreno. Esa bombachita era el único recuerdo tangible que la tía tenía de Gabo, su amor a distancia. Y como Gra (así la llama Kikito) andaba con las venitas anales un poco inflamadas y le costaba dolor viajar hasta la capital, el sobrino mimado se las llevaba sin chistar y con un aire de disfrute. (Porque Gra, hay que decirlo, está muy buena…)
El viaje se hizo corto, como todos los viajes que uno hace con Kike: porque éste carismático personaje del cemento porteño tiene un enorme espíritu inventor de historietas, que uno puede no creer con mucha seguridad, pero que te dejan dudando en el fondo del patio una pelota que pica y pica con rebotes de incertidumbre maravillosa. Es de los que te cuenta que fue al kiosco a comprar caramelos pero con una capacidad inimaginable para hacerte sentir que en ese trayecto vivió algo similar a lo que vive cualquier aventurero de Nacional Geografic que cruza el amazonas en varios meses de travesía…

Continuará?

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